Saturday, November 01, 2008

La improbable politica regional del PDC

Sorprende el despliegue de dos páginas en la edición de hoy del diario La Estrella de Valparaíso, en que miembros de la directiva regional de la Democracia Cristiana intentan explicar la performance electoral de días pasados, tratando de encontrar la razón de la sin razón que a mi razón embarga, con un desparpajo solo atribuible a la mayor frescura que al análisis político serio.
En primer lugar, es dable reclamar que se destine tanto espacio para la derrota y se haya dejado de requerir de espacios similares para apoyar la campaña del partido. Explicar derrotas y tratar de disfrazarlas de victoria como hace el anciano presidente regional, resulta de una irresponsabilidad inaceptable y que solo puede esconder la inexcusable tentación de seguir manteniendo su pequeña parcela de poder.
La campaña regional de la Democracia Cristiana ha sido un estruendoso fracaso que solo se morigera por los esfuerzos intensos y muy personales de los militantes electos sin que medie en esos resultados ninguna de las acciones que puedan atribuirse tanto el señor Cerda como su escudero Pinto. Una directiva regional ausente, falta de destreza política, menor en sus esfuerzos, escasa en su lucidez política, mínima en sus capacidades.
La política requiere de mínima inteligencia matemática y esa matemática básica le falta tanto a Pinto como a Cerda cuando tratan de explicar con sutiles razones la derrota de Aldo Cornejo. Cornejo perdió ante la obstinación de bloquear la candidatura del comunista Gutierrez en Estación Central y la consecuente respuesta del PC fortaleciendo la candidatura de Vuskovic. Perder un político brillante como Cornejo por tratar de sostener en pie una candidatura etérea de un señor cuyo nombre no recuerdo es un negocio que no tiene más explicación que la torpeza o la simple desidia de los prohombres de la DC regional. Cornejo era defendible y ellos se abstuvieron de la acción.
Hoy es necesario que tanto Pinto como Cerda olviden sus apetitos de campañas parlamentarias, se retiren a sus paltas y a sus litigios y dejen de hipotecar el futuro del partido en las expectativas inverosímiles que ambos tienen. La vida política está muy lejos de un señor como Cerda y mas lejos de Pinto que debiera tratar de expiar sus pecados políticos antes de aparecerse tratando de conseguir un puesto en el congreso.