Sunday, April 30, 2006

Curso de Colisión

Acabo de enterarme que Soledad Alvear ha ganado las elecciones internas de la DC. Yo voté hoy por la mañana y emití mi voto a favor de Jaime Mulet, por lo tanto no estoy en absoluto contento con la elección de la Señora Alvear de Martinez.

Podrán decirme que, carajo , esto es la democracia. Sin embargo ese acierto no es algo que me deje muy contento. No por que no me guste la democracia sino porque sobrevive un modelo de practicar la política que no me gusta. Con Alvear llegan los mismos de siempre. Los que medraron en cada uno de los gobiernos de la Concertación5 y que al ver sus prebendas peligrando bajo Bachelet, corrieron a refugiarse bajo las banderas del partido. También vuelve Gutemberg, desgraciadamente no el de la imprenta sino el de Carmengate.

Recuerden Uds , que la Democracia Cristiana estaba en el mismísimo suelo, que se hizo una candidatura renunciando a los colores que por siempre han identificado al partido, que casi nos quedamos sin parlamentarios que nos representaran, que tuvimos que pedirle una manito a Longueira, para que se paleteara con una fast-law para que pudiéramos salir del paso que mierda que se me olvido como se hacían las inscripciones, según debe haber dicho y pensado un tipo que se ha perdido en la oscuridad de estos tiempos y que según me parece se llamaba Ricardo Hormazabal y que luego de ese evento desapareció, se sumergió, se privatizo o lisa y llanamente se fue a la misma mierda, llevándose, claro, el 5buen nombre y el respeto del partido.

Luego de aquello llegó Adolfo. Grito un poco. Mandó para la casa a uno de los aprovechadores del caso Indemnizaciones, se deshizo de sus amigos Pareto y Jiménez y comenzó a arreglar la casa, reparar la pintura, cambiar los muebles y ponerse a trabajar. Hasta Lagos estornudó con el polvo que levantó Adolfo, limpiando esta vieja casa. Todo el mundo tiritó cuando dijo que este viejo buque que es la Concertación, se había terminado. Todos corrieron, se subieron los cierres de los pantalones, se arreglaron la camisa, escondieron las botellas de la borrachera y se pusieron a trabajar. Lagos comenzó a dejar de parecerse a él mismo y se hizo parecido al Lagos que ahora amamos. Y en eso que se puso bueno, apareció Bachelet y desapareció muy tristemente el payasito triste de Lavín, rogando que alguien por la bendita caridad de Dios le recibiera sus Polaroid gastadas y se tuvo que ir para la casa y ponerse a escribir unos articulos tristes en el cuerpo de reportajes del decano. Pero bueno, no hay nada que dure cien años. Esta pequeña primavera de cosas bien hechas terminó y ahora volverán los mismos de siempre, a ponerse de acuerdo, como siempre, a repartirse las pegas, como siempre, a arrastrar a las mismas viejecitas a una urna que no logran reconocer y a votar por el doctor que es tan buena persona y a manejar al partido como siempre.

2 comments:

Adolfo Braüchi Mesina said...

Estimado Hernán:

Me parece que estas haciendo un análisis muy en caliente de la actual elección partidaria.
Como lo digo en mi blog, tengo la certeza de que Soledad Alvear sabrá darle nuevos aires a nuestro partido.Si bién es cierto algunas de tus afirmaciones sobre la conducción de mi "tocayo", sus últimas actuaciones estaban mirando la personal y no el colectivo.
Hoy existe la oportunidad, es una de las propuetas, que se realice un congreso programático a partir de las bases comunales y es donde debemos estar presentes para entregar los aportes.
Te invito a que estemos en contacto con ese objetivo.

Te saludo fraternalmente

Hernan Gonzalez Vergara said...

Adolfo, me parece esencial y notable el destacar aquello de que AZ en algun momento privilegia lo personal por sobre lo colectivo, y ese es uno de los beneficios de la democracia, aun de la interna: la capacidad para poder procesar adecuadamente esas desviaciones y colocarlos en un contexto mayor y poder aplacar los intentos personalistas.