Sunday, October 09, 2005

Lo que nos intentan vender



huevón, na.

1. adj. vulg. perezoso (ǁ tardo). U. t. c. s.
2. adj. despect. vulg. imbécil (ǁ alelado). U. t. c. s.

Hay algo que me separa definitivamente del político de derecha. Quizás preferentemente de Lavín, pero definitivamente del biotipo del político de derecha. Hay una renuncia a la inteligencia que me parece apabullante. Acabo de leer que respecto de la delincuencia propone meter a los delincuentes en una isla, “ para que no se escapen”.
El argumento de la isla lo he escuchado miles de veces, pero de personas con menos pretensiones que las del señor Lavín, y por cierto, con menos pergaminos que los exhibidos por el candidato permanente. El tipo es esencialmente huevón o imbécil si se prefiere.
Francisco Vidal me ayuda en algo con su declaración a La Tercera: "Algunos pensarán que la gente en Chile es tonta, yo creo que no, si alguien me dice a mí y le dice a los chilenos, que la delincuencia se soluciona juntando a todos los presos y mandándolos a una isla, le voy a decir con toda seriedad, me parece casi un abuso a la inteligencia de los chilenos".
Ahora, existe una segunda posibilidad: El tipo no es huevón. La perspectiva es mucho más siniestra pues supone que lo que intenta es hacernos huevones a nosotros. Ante esto debemos ponernos alerta y tratar de filtrar todos los mensajes que intenta enviarnos.

Finalmente, lo esencial de la buena publicidad, y la política es esencialmente un subproducto de la publicidad, es la complicidad que se produce entre el emisario de un mensaje y quien lo recibe. El proceso creativo supone un importante respeto por el receptor, un estudio minucioso de sus intereses y expectativas, para finalmente poder venderle el producto adecuado. Lavín y la derecha, desconocen todo lo anterior, siempre intentan vender su producto dirigiéndose a nuestras flaquezas y debilidades. Ellos exacerban el miedo y los prejuicios. Intenta sorprendernos. No nos dignifican. Nos rebajan. Nos intentan hacer anteriores a nosotros mismo. Quizás por ello son lo que son: huevones. Los tipos que vendían jabones fueron capaces de hacer mas hermosas, mas dignas y mejores a generaciones de mujeres solo por el hecho de usar uno de sus jabones. No les hablaron de quitar la mugre, de sacar el mal olor, de quitar la baba de la mañana. Lavín nos propone una sociedad cerrada, llena de prejuicios y miedos, ajena. Esa sociedad no es digna de vivir. En ese país nadie es hermoso, nadie es digno, nadie es mejor, básicamente porque el heraldo de esa sociedad es un tipo huevón, que intenta hacernos guevones a todos nosotros.

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