Manuel Segundo Paleologo

Tengo la misma distancia de Ratzinger que la que tengo de Demian de la pelicula La Profecia. Siquiera Demian era el hijo del Demonio. Ratzinger se disfumina un poco entre los tonos purpuras del papado.
Cuando pienso que Juan Pablo II nos acompaño gran parte de nuestras vidas, que Juan Pablo I, de una sonrisa hermosa nos ilumino por treinta dias, que Pablo VI nos conmovió en su muerte y que Juan XXIII renovó profundamente a la Iglesia, Benedicto nos produjo un espantoso escalofrío cuando se apareció en el balcon, anunciado por el Cardenal Medina. Creo que si Vitto Corleone hubiese tomado su lugar la cosa hubiese sido mucho mas grata que ver al pontifice que en su juventud fue nazi, que se peleo con su compadre Kungs, que barrió todos los salones de San Pedro con el habito franciscano de Leonardo Boff, aún con él en su interior y que se encargó de despachar de la Iglesia a cualquiera que pudiera parecerle demasiado liberal y dejar en todos los obispados y cardenaleturas a un rebaño inmenso de YES MENS, que al final lo eligieron quizas hasta por imposición.
Ahora el Papa se ha metido con los musulmanes. La oportunidad es de oro. Europa esta volviendo, de la mano de los grupos mas conservadores, a tener un fuerte sesgo cristiano, pero de ese cristianismo de la peor especie, aquel que los convierte casi en un pueblo elegido y les permite diferenciarse de tanta mierda que les ha invadido en los ultimos cincuenta años, especialmente la que viene musulmana, se mantiene musulmana y se proyecta musulmana. Ratzinger, que tiene ordas de intelectuales, que le pueden dar todas las pistas para portarse bien, decide recurrir a un oscuro emperador de Bizancio: Manuel II Paleologo. No podia recurrir ni siguiera al Espiritu Santo. Tuvo que desempolvar un cita de un señor que negocio hasta la saciedad con los otomanos para librarse de los genoveses, de los venecianos, de su hermano Andronico, de su padre, de los principes croatas y serbios, para mantener un imperio de opereta que se caia a pedazos por todas partes.
Me alegra la parada de carros que le mando la comunidad musulmana. Lo que hizo Ratzinger fue de una incultura impresionante, solo explicable por el fascismo de sus oscuras intenciones, que me parece, son las de reconstruir a la europa orgullosa y militantemente "cristiana". Ratzinger puede convertirse en el adalid de la recuperación de la europa para los europeos.
Impresionante resulta sospechar que el pequeño muchacho que desfilaba admirado frente a Hitler, espera cumplir el mismo objetivo de unificar a una europa libre, hermosamente aria y cohesionada a un discurso unico: La unidad cristiana.