

Ciertamente la frase es muy querida por Lavín y Piñera y la repiten casi como niños desesperados que no se han podido subir al columpio todavía. Sus adláteres la repiten como si dijeran al elector : “oiga, ya pues, nos toca a nosotros “. En estos reclamos olvidan que la alternancia en el poder no es un sistema de turnos en que a cada quien le llega su tiempo sino que la alternancia en el poder es una posibilidad que queda bajo la decisión y potestad de los ciudadanos que aceptan entregarle el manejo de la república a un determinado grupo en desmedro de otro.
En los distintos gobiernos de
Hoy la alternancia esta operando nuevamente y el espectáculo de los posibles desplazados es francamente vergonzoso. Por un lado Ascanio Cavallo, connotado periodista y actual académico viene lamentando el alejamiento de los DC vinculados a Gutemberg Martínez a la conformación del comando de Michelle Bachelet. Su razonamiento puede aparecer como formalmente impecable pero denota el terror que tienen los grupos que se han criado cercanos al poder en estos años, de quedarse sin pan ni pedazo. Por otro lado, Eugenio Tironi, exmapu y actual lobbista, se atreve a decir sin ambages que no cree que pueda resultar un gobierno de la señora Bachelet. Ambos casos y ambas situaciones dan cuenta de movimientos internos en los grupos de poder, que dan cuenta de una renovación y un cambio de perspectivas para la actividad política en los próximos años.
Si bien la lógica interna con la que se han llevado los últimos tres gobiernos ha estado fundada en una suerte de partido transversal, pueda aparecer como candado para asegurar la gobernabilidad, esa misma lógica ha significado la virtual demolición de la estructuras del principal partido de la coalición,
1 comment:
Muy de acuerdo, Hernán. El avance en el perfeccionamiento de la democracia ha sido lento y hasta desencantador para muchos, pero creo que la reforma constitucional recién aprobada trae avances importantes. Quedó pendiente el tema del sistema binominal y uno no expresado y que encaja en tu análisis: el de ampliar la participación ciudadana tanto como sea posible. A mí me interpreta mucho una definición de democracia que dieron los obispos chilenos en 1969: "participación amplia del pueblo en las tareas y los bienes de la nación". Lo sustancial es la participación, pero debe ser acompañada por una dinámica permanente de ampliación de la misma en dos grandes capítulos: el de las tareas y el de los bienes de la nación. Siempre habrá, en este sentido, un horizonte por delante que apunta a una tarea infinita. La derecha, que impulsó y apoyó una dictadura que quería gobernar hasta 1997 por lo menos, tiene por esto todavía poca fuerza para pedir una oportunidad para ella. Todas las caras visibles de RN y la UDI se dieron a conocer al lado de Pinochet. Además, lo acompañaron hasta que se supo lo de las cuentas del Riggs, o sea, hasta hace muy poco, y siguen apoyando "la obra" de la dictadura. Gracias por tu análisis.
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